La criopreservación, en debate
El reconocido abogado Ricardo Rabinovich analiza ante Diario Publicable las implicancias y los debates éticos generados por la conservación de material biológico congelado.
VERA NAYAR @VERANAYAR // MIÉRCOLES 16 DE ABRIL DE 2014 | 19:31
"Hoy las personas están en condiciones de hacer aquello por lo que Hitler hubiera dado el brazo derecho", afirma el abogado.
La criopreservación es la técnica
de conservación de material biológico por medio de su congelamiento. Se emplea
en las prácticas de fecundación extrauterina y plantea un gran debate en el
campo de la bioética. La discusión gira en torno a la falta de regulación
respecto de los embriones congelados. ¿Son o no personas? Si la respuesta es
positiva, se desencadena una serie de problemáticas relacionadas con la
donación, la adopción y los derechos de todo ser humano.
Ricardo Rabinovich es un abogado
especialista en bioética. Fue nombrado Tutor Especial de los embriones
congelados de la Ciudad de Buenos Aires hace diez años, luego de iniciar una
acción judicial solicitando su protección. La Cámara Nacional de Apelaciones en
lo Civil ordenó hacer uncenso de embriones no implantados y ovocitos
pronucleados criopreservados y prohibió toda acción que implique su destrucción
y experimentación. Las disposiciones de la sentencia siguen sin cumplirse.
-¿En qué argumentos se basó la
Cámara Nacional de Apelaciones para afirmar que los embriones y ovocitos
pronucleados son personas?
-Un fallo no modifica la ley,
sino que resuelve un caso en particular. La sala que falló entendió que los
ovocitos pronucleados y los embriones, desde que se produce la singamia (unión
de los gametos en la formación del cigoto), deben ser por lo menos protegidos
al nivel de una persona. Para sostener esta postura, existen dos argumentos
principales. Por un lado, el argumento normativo, según lo que establece el
Código Civil, y por otro, el biológico. Lo que establece el Código es coherente
con el hecho de que biológicamente podemos hablar de la presencia de un ser
humano, porque hay un determinado ADN que corresponde a humanidad. Hay un ser
humano desde el punto de vista ontológico y biológico y también desde el
normativo.
-Hay embriones congelados que no
son implantados y se donan a parejas que buscan tener hijos. ¿Existe algún tipo
de regulación para este procedimiento?
-No creo que se deba usar la
terminología “donar” un embrión, porque se estaría hablando de una cosa, de
algo que no es una persona. Habría que trabajar la cuestión de la adopción, el
Código Civil argentino lo permite. Los laboratorios mantienen congelados a los
embriones un costo muy alto, y no son los padres quienes pagan. Se usa
nitrógeno líquido, hay que cambiarlo y tener el espacio para guardar los
termos. Requiere mucho cuidado y atención. Recientemente son muchas las
personas que aseguran la existencia de laboratorios que están sacando embriones
de Argentina.
-¿Hay algún país que tenga
legislada la criopreservación?
-Un país que tiene regulada esta
situación es Italia. Su ley está inspirada en un proyecto argentino en el cual
participé pero en Argentina no fue legislado. Propone aceptar la fecundación
asistida pero no la criopreservación, excepto para casos de extrema necesidad y
urgencia. Las problemáticas que trae la fecundación in vitro en relación a la
manipulación genética fueron planteadas por el filósofo alemán Jurgen Habermas,
quien cuestiona si la sociedad se estará acercando a una eugenesia liberal. Yo
me pregunto si, en realidad, no estamos hablando de una eugenesia de mercado
más que de una eugenesia liberal.
-¿Por qué una eugenesia de
mercado?
-Porque todas estas cuestiones,
al igual que la maternidad subrogada o el alquiler de útero, sondelirios del
capitalismo tardío que surgen de una burguesía que ya no sabe qué hacer. Estos
problemas no le interesan realmente a las clases productoras. El proletariado
adopta y no gasta cinco mil dólares en una fecundación in vitro. Se está
dedicando una enorme atención a una cuestión que involucra a una mínima parte
de la población. El problema más serio que hay en este sentido es el problema
de la esterilidad. Hay que trabajar para curar las causas de la esterilidad y
eso no tiene nada que ver con la fecundación in vitro. Lo que es horroroso es
que una de las consecuencias más evidentes que tiene todo esto es ese
renacimiento de la eugenesia del que habla Habermas.
-¿Cómo se manifiesta el
renacimiento de la eugenesia?
-Hoy las personas están en
condiciones de hacer aquello por lo que Hitler hubiera dado el brazo derecho
(lo cual para el era muy importante porque era con el que saludaba): elegir no
solamente el sexo, sino también las características físicas. Y por supuesto
terminar con el Síndrome de Down, que es terminar con las personas que lo
padecen. Los nazis quisieron hacer lo mismo pero les salió sucio porque tenían
que matar al chico ya estando ahí y eso es muy desagradable. Ahora es mucho más
fácil porque se lo mata en el nivel embrionario. Es así.
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